Creo que he tenido la misma suerte
que Dios me ha dado
de ser un hombre tan enamorado
y haber escapado de la muerte.
Por eso abrazo la suerte
de haber encontrado a una mujer
sobre la que tengo poder,
para besar sus mejillas
siendo el amor la semilla
siendo ella la mujer.
Soy un hombre con talento
con una gloriosa mente
que en orilla de una fuente
brillan mis pensamientos.
Tanto la brisa y el viento
dibujan su silueta
en donde mi alma inquieta
se inspira de la vida
por eso se queda dormida
cuando escribo como poeta.
Algún día seré ceniza
no importa si me ignoras
si mi corazón devoras
que se lleve mi polvo la brisa.
Con el tiempo, la herida cicatriza
sanando lo corporal
y en tu boca de cristal
mis besos serán una fuente
que con una dulce corriente
te hacen un pedestal.
Mujer graciosa, vengo a decirte:
que eres una diosa de grandeza
de infinita belleza
inquebrantable ante la muerte.
Vengo con versos en la mente
con amor sincero
y sentirme prisionero
donde mi inspiración
brota de mi corazón
y por eso te digo: mujer, te quiero.
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